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La productividad tóxica no es buena: cómo detenerla

Foto de la colaboradora - Caeleigh MacNeilCaeleigh MacNeil
20 de febrero de 2024
9 min de lectura
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Plantillas

Resumen

La productividad tóxica es más frecuente que nunca y está dañando nuestra salud física y mental. En este artículo, describimos seis acciones concretas que puedes poner en práctica para recuperar el equilibrio y romper el ciclo de productividad tóxica para siempre.

El 40 % de los trabajadores considera que el agotamiento (burnout) es una parte inevitable del éxito, pero la verdad es que el trabajo intensivo no es sostenible a largo plazo. Cuando te esfuerzas demasiado durante mucho tiempo, es fácil empezar a medir tu autoestima por cuánto puedes hacer. Comienzas a sentirte culpable por “perder” el tiempo en actividades que solías disfrutar, como dar un paseo, leer un libro o quedarte en la mesa charlando después de cenar.

Este estado mental se conoce como productividad tóxica y, si te resulta familiar, no te preocupes, les pasa a muchas otras personas y se puede solucionar.

¿Qué es la productividad tóxica?

Es un impulso para ser productivo en todo momento, no solo en el trabajo, sino en todas las áreas de la vida. Ocurre cuando te exiges a extremos poco saludables para lograr más, a menudo a expensas de tu salud física y mental. Es posible que sientas que no puedes hacer algo solo por hacerlo, como salir a caminar con un amigo o conversar con tus compañeros de trabajo mientras tomas un café. En cambio, todas tus acciones deben llevarte hacia una meta o un logro más grande.

La productividad tóxica elimina el placer de las actividades cotidianas y hace que te esfuerces demasiado durante mucho tiempo. A la larga, esto puede provocar agotamiento, depresión y otras consecuencias para la salud física y mental.

¿Qué causa la productividad tóxica?

La sociedad moderna asigna un gran valor a la productividad. Solo mira la cultura del ajetreo, que glorifica el trabajo duro sin descanso día tras día para lograr el éxito. Los magnates de los negocios como Elon Musk tuitean que “nadie cambió el mundo en 40 horas a la semana”, mientras que las personas influyentes en las redes sociales comparten videos y fotos de rutinas idealizadas y productivas. Con todo esto alrededor, es fácil sentirte culpable si no avanzas al mismo ritmo.

Además, la productividad tóxica a menudo aparece en tiempos de incertidumbre. Según la psicóloga clínica Kathryn Esquer, ser productivo distrae nuestra mente de otras cosas y genera un aumento temporal de dopamina. “Cuando en nuestro entorno nos encontramos con factores estresantes o amenazas que están más allá de nuestro control, a menudo nos centramos en cosas pequeñas dentro de nuestro entorno inmediato que podemos controlar, como limpiar nuestra casa o sobresalir en proyectos del trabajo”, explica Esquer. El problema es que esta productividad es solo una solución temporal para el estrés y el malestar que podemos sentir.

Piensa en la pandemia de COVID-19, por ejemplo. Aquellos de nosotros que no podíamos ir a trabajar durante el confinamiento no dedicamos ese tiempo a descansar; en cambio, aprendimos a hornear pan de masa madre, hablar italiano o usar un nuevo lenguaje de programación. Ante una pandemia global, intentamos esforzarnos más, en lugar de darnos el tiempo y el lugar que tanto necesitábamos para sobrellevar la situación.

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Signos de la productividad tóxica

Un determinado nivel de productividad es saludable, por lo que a menudo es difícil reconocer cuándo tu ética de trabajo se vuelve tóxica. Y aunque la productividad tóxica se manifiesta de manera diferente según la persona, estas son algunas señales de alerta comunes que debes tener en cuenta:

  • Trabajar más horas regularmente. Es normal dedicar algunas horas extra de vez en cuando para terminar un gran proyecto, pero esa práctica puede volverse tóxica rápidamente cuando es habitual. Esto incluye trabajar los fines de semana, llegar a la oficina temprano para “ponerte al día” antes de que comience oficialmente la jornada, quedarte hasta tarde y revisar los emails y chats del trabajo durante tu tiempo de descanso. Ten en cuenta que hay una diferencia entre la productividad tóxica y el exceso de trabajo: si trabajas horas extra por elección, eso puede ser tóxico. Si lo haces por necesidad, es probable que estés sobrecargado de trabajo.

  • Sentirse culpable por no trabajar lo suficiente, incluso cuando estás realizando una cantidad razonable de tareas. Las personas que sufren de productividad tóxica a menudo se esfuerzan por hacer una cantidad excepcional de trabajo en lugar de lo que es razonable. Tienen expectativas poco realistas para sí mismas y se sienten culpables si se quedan atrás.

  • Querer realizar solo actividades con un propósito claro. Cuando sufres de productividad tóxica, las actividades a menudo se sienten como una pérdida de tiempo si no te ayudan a lograr un objetivo específico. Es posible que evites actividades “improductivas” como pasar tiempo con amigos y familiares, relajarte y simplemente disfrutar del momento.

  • Dejar de priorizar tu cuidado personal. Si el cuidado personal te parece una pérdida de tiempo, es posible que estés experimentando productividad tóxica. Esto incluye quitarle prioridad a actividades como el descanso, cocinar comidas saludables, hacer ejercicio y pasar tiempo con las personas que amas. Alguien que sufre de productividad tóxica puede saltearse comidas para trabajar más tiempo o incluso posponer ir al baño o tomar un vaso de agua.

  • Experimentar ansiedad crónica o depresión. Intentar estar disponible todo el tiempo puede afectar gravemente tu bienestar mental. Es posible que sientas una ansiedad constante por todo el trabajo que tienes que hacer y te preocupes por no estar haciendo lo suficiente. La depresión también es un síntoma común, especialmente si la productividad tóxica te hace sentir alejado de tus seres queridos y evitar las actividades que solías disfrutar.

  • Sentir agotamiento. Cuando te esfuerzas demasiado durante mucho tiempo, a menudo padeces agotamiento. Diferentes personas exhiben diferentes signos de agotamiento, pero algunos síntomas comunes incluyen cansancio extremo, baja moral y problemas de salud frecuentes. Cualquiera puede agotarse, y esto no solo está relacionado con el trabajo. Por ejemplo, los nuevos padres, madres o cuidadores a menudo experimentan agotamiento.

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6 formas de romper el ciclo de productividad tóxica

Durante tiempos de incertidumbre, es fácil obviar el malestar para ser productivo, pero eventualmente ese enfoque puede dejarte agotado y exhausto. Como seres humanos, necesitamos tiempo para descansar, lidiar con nuestras emociones y estar con las personas que amamos. Y cuando tienes ese tiempo, puedes hacer mucho (si no más) a largo plazo.

Te puede parecer un cliché, pero la productividad es una maratón, no una carrera de velocidad. A continuación, describimos seis formas de romper el ciclo de productividad tóxica y lograr que tú y el equipo recuperen el equilibrio.

1. Define los límites del trabajo

La productividad tóxica hace que trabajes demasiado duro durante mucho tiempo. Para romper el ciclo, debes establecer límites y recuperar parte de tu tiempo libre.

Esto es especialmente importante para los trabajadores remotos. Según nuestra investigación, el 37 % de los trabajadores del conocimiento dicen que sus días no tienen una hora clara de inicio o finalización cuando trabajan desde casa. Como resultado, el 38 % de los empleados dedican más tiempo a revisar los emails fuera del horario de oficina cuando trabajan de forma remota, y el 35 % dedica más tiempo a pensar en el trabajo durante su tiempo libre.

Sigue leyendo y descubre cómo establecer límites en torno al trabajo:

  • Define horas claras de inicio y finalización para ti y tu equipo. De esa manera, todos sabrán cuándo deben estar trabajando y cuándo finaliza la jornada laboral.

  • Si eres gerente, explica cómo estableces los límites. Además, evita enviar y responder mensajes fuera de tu horario laboral, tómate días libres y anima a tu equipo a hacer lo mismo.

  • Normaliza los tiempos de respuesta más largos. El 50 % de los gerentes y el 42 % de los colaboradores individuales sienten que deben responder las notificaciones de inmediato. Como gerente, puedes establecer expectativas más realistas en torno a los tiempos de respuesta y capacitar a tu equipo para que se desconecte por completo cuando no es su horario de trabajo.

2. Establece metas realistas

La productividad tóxica a menudo ocurre cuando tus objetivos o expectativas en torno al trabajo no son realistas. Como resultado, crees que debes trabajar más horas y te sientes culpable si avanzas a un ritmo más lento o te atrasas.

Para contrarrestar esto, define metas que puedas lograr razonablemente dentro de un marco de tiempo determinado y trabaja en función de estos objetivos. A continuación te mostramos cómo hacerlo:

  • Establece objetivos SMART. Los objetivos SMART son específicos, medibles, alcanzables, realistas y de duración limitada. Este marco te ayuda a crear objetivos razonables que realmente puedes lograr.

  • Sé honesto contigo. Es fácil apuntar a una versión idealizada de ti mismo al establecer metas, pero debes aceptar tus limitaciones y ser realista acerca de lo que puedes lograr sin agotarte.

  • Incorpora tiempo para descansar. Nadie puede trabajar sin parar. Al definir un marco de tiempo para tus objetivos, asegúrate de dejar suficiente tiempo libre para los descansos, así podrás recargar energías en el proceso.

  • Usa objetivos para priorizar el trabajo. No todo es urgente e importante. Los objetivos te ayudan a diferenciar entre las tareas que debes hacer inmediatamente y las que pueden esperar. Cuando estableces objetivos concretos, puedes adoptar un enfoque estratégico sobre cómo priorizar las tareas. Eso significa que, en lugar de trabajar horas extra, puedes programar algunas tareas para más tarde, delegar otras e incluso eliminar actividades que no son esenciales de tu lista de tareas pendientes.

Lee: La importancia de definir objetivos a corto plazo (con ejemplos)

3. Incorpora descansos en tu agenda

Todas las personas necesitan descansar, y programar descansos es una excelente manera de asegurarte de que realmente te tomarás un tiempo libre cuando lo necesites. Puede parecer contradictorio, pero tomar descansos aumenta la productividad a largo plazo, ya que nos permite concentrarnos y pensar de manera más creativa.

Según la neurocientífica cognitiva Dra. Sahar Yousef, los descansos estratégicos son la mejor manera de prevenir el exceso de trabajo y el agotamiento en la oficina. Ella recomienda el marco de trabajo de 3M, que divide los descansos en tres categorías:

  • Descansos largos (macro): medio día o un día completo por mes, para hacer una caminata, viajar en el día o visitar a la familia.

  • Descansos intermedios (meso): 1 o 2 horas por semana, para ir a una clase de música, practicar un deporte o tomar un paseo largo. 

  • Descansos cortos (micro): unos minutos varias veces al día, para elongar o meditar.

Para implementar el marco 3M en tu equipo, anima a los miembros a realizar una auditoría y determinar qué tipos de descansos ya aprovechan y cuáles deben priorizar más. Luego, pide a cada persona que empiece a programar descansos largos, intermedios y cortos en sus calendarios. También ayuda a predicar con el ejemplo: habla con tu equipo sobre los diferentes tipos de descansos que estás tomando para cuidar tu salud mental y física, sobre una caminata que hiciste después del trabajo o sobre un viaje que estás planeando para el fin de semana largo.

Lee: Cómo liderar con el ejemplo, según un líder de Asana

4. No hagas nada

Cuando estás atrapado en un ciclo de productividad tóxica, cada minuto necesita tener un propósito. No solo quieres salir a correr en la naturaleza, quieres correr diez millas y entrenar para una maratón. No solo quieres disfrutar de un libro de fantasía, quieres leer un libro de superación personal o alcanzar la meta de leer 50 novelas en un año.

En lugar de alimentar el ciclo de productividad, reserva tiempo para no hacer nada y ser intencionalmente improductivo. Este no es el momento para mejorar de ninguna manera; es solo el momento de existir. Relájate en el sillón y escucha música, medita, sal a caminar o mira una película o un programa de televisión. Disfruta de una pausa donde no estás tratando activamente de lograr nada.

5. Aborda tus sentimientos subyacentes

Con frecuencia, la productividad tóxica es una manifestación de sentimientos negativos que no has abordado. Para detener verdaderamente el ciclo, necesitas identificar el pensamiento o sentimiento subyacente que te hace trabajar tanto. El objetivo aquí no es hacer que estos sentimientos negativos desaparezcan, sino aprender a sentirte cómodo con tus emociones de una manera saludable y no tratar de ignorarlas siendo hiperproductivo.

Por ejemplo, estos son algunos sentimientos que pueden contribuir a la productividad tóxica:

  • Miedo al fracaso

  • Síndrome del impostor

  • Sentimiento de falta de valor o autoestima

  • Sentimientos de culpa por no lograr lo suficiente

  • Sentimiento de falta de seguridad en el trabajo

  • Comparaciones con otras personas

  • Estrés a causa de eventos que ocurren en el mundo o en tu vida personal

La salud mental es tan importante como la salud física, y todos pasamos por momentos difíciles de vez en cuando. Al igual que irías al médico por un esguince de tobillo, es importante consultar a un profesional de la salud mental cuando los sentimientos negativos afectan tu vida diaria.

Lee: La importancia de la inteligencia emocional

6. Toma un descanso de tu smartphone

Tener un smartphone es prácticamente como tener una computadora en el bolsillo del pantalón, lo cual es genial cuando necesitas indicaciones para llegar al centro comercial, pero no tan bueno cuando se trata del equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Si tu teléfono está constantemente sonando con notificaciones de trabajo e emails, es imposible de ignorar incluso cuando no estás trabajando. Además, cuando ves mensajes de tus compañeros de trabajo, es fácil sentirte culpable por no estar allí para ayudar.

En los teléfonos también tienes acceso a las redes sociales, que solo te muestran los aspectos más destacados de la vida de otras personas. Es fácil sentir que todos son más productivos y exitosos que tú cuando navegas por Instagram, TikTok o LinkedIn, y esos sentimientos de incompetencia pueden contribuir a una productividad tóxica.

Descubre cómo tomar un descanso de tu smartphone:

  • Cuando quieras estar presente, guarda el teléfono en tu bolso o en un cajón, para que no esté a la vista. O mejor aún, sal a caminar y deja tu teléfono.

  • Activa el modo “no molestar” y deshabilita las notificaciones de las aplicaciones.

  • Crea una zona libre de tecnología en tu casa, como tu dormitorio.

  • Elimina aplicaciones de trabajo de tu teléfono, como apps de mensajería y tu cuenta de email laboral.

Trabaja con eficiencia, no con intensidad

Aún puedes tener un buen desempeño en el trabajo sin quedar exhausto. Además, al romper el ciclo de productividad tóxica, podrás sobresalir a largo plazo. En lugar de trabajar 24/7, aborda tu trabajo con el equilibrio que necesitas para prosperar realmente.

En lugar de tratar de hacer más con tu tiempo limitado, intenta simplificar los procesos para que puedas hacer menos y centrarte en lo que realmente importa. Las herramientas de gestión del trabajo como Asana son una excelente manera de reducir los pormenores del trabajo, es decir, las actividades como comunicarte sobre el trabajo, buscar información, pasar de una aplicación a otra, abordar prioridades cambiantes y actualizar estados. De esta manera, podrás realizar el trabajo importante y aún tener tiempo para relajarte al final de cada día.

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