Qué son los objetivos generales y específicos y cómo redactarlos

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19 de febrero de 2024
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Resumen

En este artículo aprenderás a distinguir la diferencia entre objetivos generales y específicos, a redactar estos objetivos y descubrirás los requisitos fundamentales para formularlos. Definir objetivos generales y específicos para tu empresa y proyectos te ayudará a alcanzar tus metas. Actualización 30/05/23: En esta actualización hemos añadido más verbos para ayudarte a redactar tus objetivos generales y específicos.

La formulación de objetivos generales y específicos es una de las principales tareas del equipo de dirección de una empresa. También en gestión de proyectos podemos hablar de la definición de objetivos generales y específicos. Para que tanto los objetivos generales como los específicos cumplan su función es imprescindible que estén bien redactados y formulados. Así, entender qué son y la diferencia entre objetivos generales y específicos es el primer paso para después aprender cómo redactarlos.

Cuando estableces objetivos generales y específicos estás describiendo la meta a la que quieres llegar y los pasos que vas a dar para alcanzar esa meta. Los objetivos generales se parecen más al propósito que quieres alcanzar, mientras que los objetivos específicos responderían más al cómo se va a alcanzar ese propósito. Se trata de una terminología que se utiliza muy habitualmente al hablar de objetivos de investigación, trabajos de estudio o para un trabajo académico. Con el tiempo, los objetivos generales y específicos se han trasladado también al ámbito laboral y se utilizan en las empresas y gestión de proyectos para describir la meta final que se persigue y los objetivos a corto plazo.

Lo que sí es característico de objetivos generales y específicos es que ambos deben formularse con claridad y concisión para que no haya lugar a posibles desviaciones. Deben revisarse cada cierto tiempo para poder tomas las medidas correctivas necesarias y deben ser realistas.

Veamos en detalle qué son los objetivos generales y específicos, las diferencias que hay entre ellos y algunos ejemplos de objetivos generales y específicos.

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¿Qué es un objetivo general?

Hablamos de un objetivo general, en singular y no en plural, porque lo ideal es que se formule un sólo objetivo general para cada proyecto o incluso para la empresa. El objetivo general suele plantearse como hipótesis o planteamiento de un problema al que se quiere dar solución, como propósito firme, es la meta final. Los objetivos generales deben ser reales, posibles y medibles, aunque se establecen a largo plazo. Para entender bien cómo redactar objetivos generales eficientes puedes echar mano de la metodología SMART. Piensa en el objetivo general de tu proyecto como el objetivo principal. Para hablar de objetivos generales también puede que oigas o leas la expresión objetivos estratégicos. 

¿Qué son los objetivos específicos?

A los objetivos específicos también se les conoce como objetivos tácticos. Los objetivos específicos deben ser coherentes con el objetivo general, pero serán más concretos y abarcará, cada uno de ellos, un aspecto o estrategia necesaria para alcanzar el objetivo general. Cuando redactes tus objetivos específicos ten en cuenta que deberán ser medibles, ya que de ellos debe poder derivarse un plan de acción también lo más concreto posible. Los objetivos específicos deben ayudarte a conseguir tu objetivo general. Tus objetivos específicos marcarán el camino que debes seguir para llegar a tu meta.

 

¿Qué condiciones deben cumplir los objetivos generales y objetivos específicos?

Veamos en primer lugar las condiciones que deben cumplir tanto los objetivos generales como los objetivos específicos. Aquello que les es común a ambos tipos de objetivos:

  1. Objetivos cuantitativos. Aunque es posible establecer objetivos cualitativos, siempre se preferirán los objetivos cuantitativos sobre los cualitativos, ya que los primeros ofrecen mejores formas de medición.

  2. Plazo de tiempo. Objetivos generales y específicos deben incorporar un plazo de tiempo determinado, una fecha en la que deben cumplirse.

  3. Escritos y redactados. No vale solo con tenerlos en la cabeza. Es clave que tanto los objetivos generales y específicos estén redactados y escritos en un plan firme. De esta forma, no fluctuarán en función de las condiciones externas o estados de ánimos de los responsables.

  4. Conocidos y aceptados. No los guardes en un cajón. Para que los objetivos generales y específicos sean efectivos todos los miembros de la empresa o del proyecto deben conocerlos.

  5. Realistas. Los objetivos generales y específicos deben ser realistas. Esto no quiere decir que sean mediocres, fáciles de conseguir o no retadores. Los objetivos realistas son aquellos que están alineados con los recursos de la empresa.

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¿Qué diferencias hay entre objetivos generales y específicos?

Un primer acercamiento a los objetivos generales y específicos podría ser la siguiente: mientras que los objetivos generales se alcanzan, los objetivos específicos se logran, las metas se cumplen y las tareas se desarrollan. Puede que al principio te parezca un poco confuso, porque, al fin y al cabo, estamos hablando de tipos de objetivos todo el tiempo, por eso, te ayudamos con algunas diferencias entre objetivos generales y específicos:

  1. Grado de detalle. Una de las principales diferencias entre objetivos generales y específicos es el grado de detalle y sentido del objetivo. Mientras que los objetivos generales.

  2. Origen del objetivo. Mientras que el objetivo general se desprende de la meta y las aspiraciones y propósitos de la empresa. Los objetivos específicos se desgranan desde el objetivo general.

  3. Período de tiempo. Otra de las diferencias fundamentales entre objetivos generales y específicos es el período de tiempo definido para cada uno de ellos. Un objetivo general se establece a largo plazo, y los objetivos específicos a corto o medio plazo.

  4. Momento de formulación. La formulación de un objetivo general tiene lugar en el momento en el que se detecta el problema o necesidad y se plantea la hipótesis.

  5. Flexibilidad. El objetivo general debe ser flexible, no puede ser rígido ya que en el curso de los años pueden aparecer nuevas empresas de la competencia, nuevas tecnologías y otros acontecimientos que hagan necesario la redefinición del rumbo de la organización.

  6. Universalidad. Otra diferencia entre objetivos generales y específicos se centra en el rango de acción. Mientras que el objetivo general debe ser universal y muy amplio, los objetivos específicos debe ser detallados.

  7. Fin. Mientras que el objetivo general se alcanza cuando se han cumplido todos los objetivos específicos, éstos finalizan cuando han terminado con éxito cada uno de los planes de acciones que se han puesto en marcha para llevarlos a cabo.

¿Cómo redactar objetivos generales y específicos?

Ahora que ya sabes qué son los objetivos generales y específicos y cómo diferenciarlos ya puedes comenzar a redactarlos. Te contamos paso a paso con ejemplos de objetivos generales y específicos como redactar tus objetivos generales y específicos.

Cómo redactar objetivos generales

1. Plantea el problema, necesidad e hipótesis. Te ayudará pensar en un problema o necesidad que necesites resolver. ¿Cuál es el principal problema que se te plantea? ¿Cuál es la hipótesis de trabajo que te ayudará resolver el problema o satisfacer esa necesidad

Ejemplo: Imaginemos una empresa de alimentación saludable y sostenible de reciente creación con un modelo de comida elaborada que quiere cambiar el modelo de comida rápida de mala calidad por una alimentación más saludable.

2. Evalúa tus recursos. Antes de redactar tu objetivo general vuelve a revisarlo teniendo en cuenta los recursos disponibles con los que vas a contar para poder llevarlo a cabo. Recuerda que tu objetivo general debe ser realista y coherente con tu visión y misión de una empresa.

3. Responde a estas preguntas. Para ayudarte con la redacción del objetivo general puedes comenzar respondiendo a las siguientes preguntas que ilustramos siguiendo el ejemplo anterior:

  • ¿Qué cambiar? Comida rápida de mala calidad

  • ¿Para quién? usuarios de consumo responsable

  • ¿Cómo? a través de una oferta de menús saludables y económicos

  • ¿Dónde? en España

  • ¿Cuándo? En 10 años

Cuando tengas las respuestas a estas preguntas podrás comenzar a redactar el objetivo general de tu empresa o proyecto.

4. Redacta el objetivo general. Ahora podrás pasar a redactar el objetivo general.Éste debe comenzar con un verbo en infinitivo que expresará la acción que se quiere lograr. En algunos casos podrá ir acompañado de a quién o para quién se va a realizar. Deberá incluir cómo se va a realizar aunque de una forma muy general. Y, por último tendrás que incluir el cuándo, es decir, la fechas en la que esperas que suceda.

Siguiendo con nuestro ejemplo anterior, la formulación del objetivo general quedaría expresado de la siguiente forma:

Consolidar la venta de comida rápida saludable y sostenible entre consumidores de 25 a 55 años en España en 10 años.

Lee: Metas vs. objetivos: una guía para gerentes de proyectos

Redactar objetivos específicos

La redacción de los objetivos específicos es similar a la de los objetivos generales, pero deben ser más detallados y concretos.

  1. Ten en cuenta tu objetivo general. Tus objetivos específicos deben ser coherentes con tu objetivo general. Piensa en establecer, al menos, 3 objetivos específicos, aunque pueden ser más, en función de las dimensiones del proyecto o de la empresa. Tal vez, tu objetivo general deba desglosarse en objetivos específicos por cada departamento de tu organización.

  2. Accionable. Tus objetivos específicos deben ser accionables, esto quiere decir que deben después derivar en planes que puedan ejecutarse. Por eso, tus oraciones deberán comenzar con un verbo. Igual que hiciste con tus objetivos generales, elige verbos infinitivos pero algo más específicos. Te proponemos algunos ejemplos de verbos que podrás utilizar cuando redactes tus objetivos específicos: rentabilizar, conseguir, reconstruir, producir etc. Echa un vistazo más abajo al listado más extenso.

Por ejemplo, un objetivo específico no puede ser enviar mails. Debería ser “Conseguir 15 leads para enviarles información de la empresa“.

3. Asigna un responsable del objetivo específico. Aunque los objetivos específicos pueden elaborarse entre varias personas y serán probablemente varios los responsables de ejecutar los planes necesarios para lograrlos, es importante que exista solo un responsable de vigilar que se cumple.

4. Establece el tiempo. En los objetivos específicos es incluso más importante que establezca un plazo en el que se debe cumplir el objetivo. Añade el momento de inicio y el momento del final.

5. Define claramente los criterios de éxito. Puede que te parezca obvio pero el grado de éxito de un proyecto depende de varios factores y puede tener diversas interpretaciones. Dejar esto claro desde el inicio te ayudará más tarde a evaluar correctamente tu proyecto. Por ejemplo, puedes definir con anterioridad, qué se considerará un resultado aceptable y qué se considerará resultado completo o superación de las expectativas.

6. Desgránalo en hitos. No estará de más que pienses también en dos o tres hitos importantes necesarios para completar el objetivo con éxito. Piensa en estos hitos como tus paradas obligatorias donde tendrás que hacer check-in para poder llegar a la meta.

Si necesitas ver más ejemplos de redacción de objetivos específicos échale un vistazo a nuestro artículo sobre creación de objetivos de proyecto eficaces.

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Verbos para objetivos generales y específicos

Para la redacción de objetivos generales y específicos en cualquier proyecto o plan, es necesario utilizar verbos que reflejen con claridad lo que se desea lograr. Los verbos de acción son los más adecuados para describir objetivos específicos, tales como: diseñar, construir, implementar, evaluar, etc. Mientras que los verbos que indican un estado deseado, son más adecuados para objetivos generales, tales como: mejorar, fortalecer, aumentar, reducir, optimizar, entre otros. Es importante tener en cuenta que los objetivos deben ser claros, alcanzables y medibles, y que la elección correcta de los verbos es fundamental para su logro.

Verbos de acción para objetivos específicos:

  • Diseñar

  • Construir

  • Crear

  • Expandir

  • Planificar

  • Implementar

  • Optimizar

  • Conseguir

  • Elaborar

  • Desarrollar

Verbos para objetivos generales

  • Mejorar

  • Reducir

  • Innovar

  • Simplificar

  • Actualizar

  • Minimizar

  • Maximizar

Establece tus objetivos generales y específicos de un proyecto

Los objetivos generales y específicos de un proyecto son esenciales para el éxito del mismo. Los objetivos generales son metas amplias que se quieren alcanzar al final del proyecto. Por otro lado, los objetivos específicos son metas más específicas y detalladas que se deben cumplir para lograr los objetivos generales. Es importante establecer estos objetivos desde el principio para poder tener una guía clara de lo que se quiere lograr y cómo se va a lograr. Así se puede asegurar que el proyecto se desarrolla de manera efectiva y eficiente.

Si no quieres que tus objetivos generales y específicos caigan en el olvido y realmente sirvan y sean eficaces, te recomendamos que los incorpores en tu programa online de gestión de proyectos. Con un software en la nube como Asana, podrás establecer varios niveles de objetivos. Puedes añadir los objetivos de la empresa y asignar estos objetivos a los responsables necesarios. También podrás ver los objetivos de tus equipos y cuentas con un espacio propio para incorporar tus propios objetivos.

Cuando trabajas en organizaciones grandes también es importante tener una herramienta que te permita ver el estado de cumplimiento de estos objetivos. Con Asana podrás filtrar por estado de los objetivos, por períodos o por equipos.

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