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Si eres nuevo en un puesto de liderazgo, quizás pienses que tienes que mostrarte seguro todo el tiempo. Pero la vulnerabilidad, cuando demuestras y expresas las emociones, es parte del liderazgo. Ser vulnerable crea un entorno de trabajo abierto y saludable, donde los empleados se sienten libres para compartir sus ideas y problemas. Aprende cómo ser más vulnerable como líder y todas las maneras en las que la vulnerabilidad puede beneficiar a tu equipo.
Sabemos lo importantes que son la colaboración, la confianza y la conexión en el lugar de trabajo. Como líder, debes promover esos valores, pero no es nada fácil; porque para crear ese tipo de cultura, debes ser honesto y vulnerable con tu equipo.
La vulnerabilidad es cuando te abres, y muestras y expresas tus emociones. Cada vez que practicas ser vulnerable con los miembros del equipo, generas confianza y relaciones más sólidas.
La vulnerabilidad es la exposición emocional. En el liderazgo, la vulnerabilidad es cuando muestras tus emociones a tu equipo y compañeros de trabajo. No tienen que ser expresiones grandes y llamativas, como llorar o gritar de rabia. En su lugar, los líderes vulnerables son más bien observadores silenciosos que están muy en contacto con el pulso emocional del espacio en el que se encuentran. Por ejemplo, puedes mostrar vulnerabilidad al asignarle a un miembro del equipo, que quiere más responsabilidad, una tarea laboral de la que siempre te has encargado.
La vulnerabilidad solía presentarse como algo indeseable o como una debilidad, pero esa visión ha cambiado en la última década. En parte gracias a Brené Brown, autora de bestsellers e investigadora de la vergüenza, cuya Charla TED de 2010 sobre la vulnerabilidad ha tenido más de 58 millones de vistas. Claramente, tocó una fibra sensible. Y tiene mucho sentido, porque demostró cómo la vulnerabilidad puede influir en experiencias humanas realmente importantes, como la compasión, la conexión e incluso la alegría.
El poder de la vulnerabilidad es que forja una conexión más genuina. Cuando te muestras como eres, permites que los demás hagan lo mismo. Algunos beneficios de ser un líder vulnerable son:
Aumento de la confianza. Al ser abierto, permites que tu equipo te conozca de una manera más auténtica. Cuando eres auténtico con los demás, es mucho más fácil para ellos ser honestos contigo, y eso genera confianza.
Mayor compromiso de los empleados. Es más probable que los empleados que confían en ti se comprometan más con su trabajo. Cuando tu equipo sabe que cuentan con un gerente confiable y comprometido, es más probable que ellos también muestren confianza y compromiso.
Equipos más productivos. Cuando los integrantes del equipo pueden ser honestos entre sí sobre los conflictos, pueden reducir rápidamente los posibles inconvenientes al ser vulnerables, compartir y pedir lo que necesitan. Como resultado, pueden resolver el problema y realizar el trabajo más rápido.
Seguridad psicológica. Los grandes líderes crean un espacio emocional seguro para que sus empleados puedan compartir y ser vistos.
Miembros del equipo más valientes. La vulnerabilidad da miedo. Al practicarla con tu equipo, estás creando un entorno con miembros del equipo más valientes, más dispuestos a asumir riesgos y a ser más creativos.
Mayor inteligencia emocional. La vulnerabilidad te vuelve más empático y compasivo, y eso desarrolla tu inteligencia emocional.
Al igual que con cualquier habilidad blanda, puedes mejorar tu capacidad de ser vulnerable con la práctica. Prueba estas seis formas de empezar a desarrollar los músculos de la vulnerabilidad para complementar tu estilo de liderazgo.
Al contrario de lo que parece, hay que establecer límites para que la vulnerabilidad funcione. Como escribió Brené Brown: la vulnerabilidad sin fronteras no es vulnerabilidad. En última instancia, la vulnerabilidad en el liderazgo aún es vulnerabilidad en el trabajo; por lo tanto, hay que mantener la profesionalidad.
Por ejemplo, quizás esté ocurriendo algo en tu vida personal que esté afectando tu liderazgo. Sabes que has estado un poco apagado últimamente, y crees que compartirlo con tu equipo les ayudará a tener más contexto sobre tu vida. Además, no quieres que piensen que tu distracción tiene algo que ver con su trabajo. Está bien compartir una versión de este problema con tu equipo, pero no es apropiado compartirlo repetidamente, quejarse ni utilizarlo para excusar un mal comportamiento (por ejemplo, gritarle a un miembro del equipo).
Lee: 15 tipos de evaluaciones de desempeño de los empleados (con plantillas y ejemplos)Ser vulnerable no significa compartir siempre. La vulnerabilidad también significa que sabes cuándo dar un paso atrás, escuchar y soltar algo de control. Esto puede ser particularmente difícil para los líderes de los que siempre se espera un trabajo de alto rendimiento.
La escucha activa te ayuda no solo a escuchar a la otra parte, sino a realmente asimilar lo que está diciendo. Puede ser un acto de vulnerabilidad dar un paso atrás en una conversación, especialmente si estás acostumbrado a ser quien siempre tiene algo que decir como líder. Pero el beneficio es que puedes aprender más sobre tu equipo, su trabajo y ser un mejor apoyo para ambos.
Lee: Escuchar para comprender: cómo practicar la escucha activa (con ejemplos)Por lo general, los líderes sienten que deben poder encargarse de todo lo que se les presente en el camino. Pero sigues siendo un ser humano, y parte de ser vulnerable es mostrar que a veces necesitas ayuda. Pedir lo que necesitas no es un signo de debilidad, sino una señal de que comprendes tu carga de trabajo y a tu equipo. Te ayuda a avanzar con tus proyectos, a reducir los retrasos (debido a que no estás recibiendo el apoyo que necesitas) y a evitar el resentimiento que puede provocar la sobrecarga de trabajo. Además, cada vez que acudes a un colega o miembro del equipo para pedirle su apoyo, le das la posibilidad de dar un paso adelante y tomar el control del trabajo.
Existe una delgada línea entre compartir demasiado y ser vulnerable. Lo difícil es que compartir en exceso puede tener un efecto adverso, y hacer que los demás se sientan incómodos o se cierren. Para hacerlo bien, practica la vulnerabilidad en un espacio seguro. Por ejemplo, puedes formar un grupo de amigos o colegas en el que practiques expresar la vulnerabilidad. También puedes trabajar en la vulnerabilidad con un coach de negocios o un profesional de la salud mental si eso te hace sentir más cómodo.
Ser vulnerable significa mostrar más aspectos privados de ti mismo, pero eso no quiere decir que tengas que compartir todo. Conocer la causa raíz de lo que te molesta enfocará tus interacciones en lo que realmente está sucediendo, y eso te permitirá tener conversaciones más productivas. Para ser más vulnerable, debes contar con el autoconocimiento para saber cómo te sientes y con qué te sientes cómodo compartiendo.
Por ejemplo, si tu colega comparte una idea que se les ocurrió a los dos, pero no te da crédito, quizás tengas una reacción emocional. Pero en lugar de compartir esa reacción emocional (“¡No puedo creer que no me mencionaras!”), es mejor conversar al respecto con autoconocimiento. En otras palabras, ¿qué es lo que realmente te molesta de esta experiencia? Compartir la verdadera razón detrás de por qué es importante para ti que te mencionen cuando colaboras, probablemente se convertirá en una conversación más productiva.
La empatía se considera una habilidad de liderazgo cada vez más importante. Una cosa es saber qué están experimentando los demás, y otra es comprenderlos y compartir esa experiencia con ellos. Eso es empatía, y te permite conectarte con el equipo de una forma más personal.
Por ejemplo, si tu subordinado directo se ha retrasado en su carga de trabajo habitual, es normal que se frustre o sienta que está haciendo algo mal. Una respuesta empática sería preguntarle por qué se retrasó, y si hay alguna manera en la que puedas ayudarlo. Quizás algo está ocurriendo en su vida personal, o quizás simplemente la carga de trabajo fue demasiado y no supo cómo decírtelo. Al abrir esta conversación con empatía, lo animarás a que comparta la verdad sobre lo que está ocurriendo, y será mucho más sencillo encontrar una solución.
Lee: La importancia de la inteligencia emocionalLa vulnerabilidad es una habilidad que se puede aprender. Y vale la pena. Tener la valentía de ser vulnerable te hará un mejor líder, colega y empleado. En última instancia, la vulnerabilidad en el liderazgo no se trata simplemente de desahogarte; sino que es la mejor manera de conectarte con tu equipo, animarlos a que se comprometan y apoyarlos.
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